Germaine García Cuartiella,
presidenta de Plural-21 desde 1999 hasta 2005
y terapeuta colaboradora desde 1991,
falleció en Vic hacia las 19,45 h. del domingo 14 de abril de 2013.
Será posible
despedirse de ella en el Tanatorio de Vic todo el miércoles 18
y asistir a una ceremonia previa a su incineración,
programada para las 10 h. del jueves 19.
En memoria de Germaine García,
colaboradora y presidenta de Plural-21
Apreciad* soci*, simpatizante, contacto, visitante:
Consternado,
te comunico que
Germaine García Cuartiella
falleció en Vic hacia las 19,45 h. del domingo 14 de abril.
Afortunadamente,
murió como ella había pedido y preparado:
—en casa de una amiga
(dejando para ello el hospital donde estuvo unos días ingresada
y estando rodeada exclusivamente de unas poquísimas personas queridas),
—en paz y tranquilidad
(ella,
que dio cursos de preparación para saber morir…
… lo cual significa no sólo una muerte digna
sino, además y sobre todo, una muerte consciente),
—habiendo llevado con total discreción su enfermedad
(lo que se corresponde con su reserva y pudor característicos)
—y habiendo dejado claras instrucciones escritas de
mantenerla tres días aislada
y ser posteriormente incinerada.
Así, pues, será posible
despedirse de ella en el tanatorio de Vic todo el miércoles 18
y asistir a una ceremonia previa a su incineración,
programada para las 10 h. del jueves 19.
Para l*s nuev*s soci*s,
recordaré que Germaine fue la primera presidenta de Plural-21,
desde el día de su fundación
(6 de octubre de 1999),
hasta que yo tomé el relevo
(asamblea del 21 de julio del 2005).
Pero antes Germaine
ya había sido colaboradora desde 1991
y participado en Juntas Directivas anteriores a ser elegida como Presidenta.
Y siempre pudimos contar con ella para atender a personas enfermas…
… con las únicas limitaciones que imponían
el desborde que le causaba su celo profesional,
abnegación que,
a mi entender,
fue la causa de su muerte.
En efecto,
tras lustros de estar visitando
de manera estable y ya muy intensa
en centros de Vic, Girona y Barcelona,
además Germaine comenzó hace pocos años a colaborar
con un centro oncológico relacionado con el Hospital Vall d’Hebron
con la esperanza
(¿la ilusión?)
de que ello,
además de permitir ayudar a muchos más enfermos,
facilitaría el reconocimiento del enfoque del Dr. Hamer.
Por un proceso que no logro entender
-menos aún ahora, conociendo el fatal desenlace-,
Germaine se dejó arrastrar a una situación
de sobreesfuerzo
(¿y de sobreexplotación?)
agotador que ha terminado con ella.
Much*s de quienes fueron atendidos por Germaine
descubrieron que también era una gran conocedora de la Medicina Tradicional Tibetana.
Menos supieron de su interés por el Tíbet desde niña
y que,
como consecuencia y con mucha constancia,
hablaba, leía y escribía muy bien el tibetano.
Menos aún
que ella misma profesaba la Tradición Tibetana.
Y sólo unos pocos
que,
como fruto de su formación en el Budismo y de las funciones que cumplió,
hace poco más de un año le fue otorgado el reconocimiento de Lama
(es decir, Maestro espiritual en el Budismo Tibetano)
por «su gran experiencia en el dharma, en la práctica y en la enseñanza del Budismo,
pero sobre todo por su gran cualidad humana».
De hecho,
la primera notificación
tanto de su nombramiento como Lama
como de su fallecimiento,
nos llegó del centro budista Karma Txopel, de Vic
(¡gracias!),
donde a menudo impartía cursos, conferencias, meditaciones,…
Los versos del cantautor venezolano Alí Primera
“Los que mueren por la vida
no pueden llamarse muertos”,
me parecen especialmente aplicables a Germaine
porque considero que ella murió
no sólo por la vida
sino también por la Vida…
Lluís Botinas
Presidente
Plural-21
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