Ciclo: La pérdida del sentido de la vida es la principal causa de enfermedad y sufrimiento (25-02-2012)

CICLO de 4 cursos de 8 horas (10 a 14 h. y 16 a 20 h.)

 

Los sábados 25 de febrero, 10 de marzo, 24 de marzo y 31 de marzo de 2012

 

La cooperación (no la competitividad) es la base de la vida. En el estudio de la vida, el punto verdaderamente importante (que no interesa observar porque no da dinero y, encima, crearía gente libre) es ver su dinámica, que se manifiesta en un flujo constante de fenómenos interdependientes cuya intensidad aumenta y disminuye continuamente. Sólo así se puede entender su sentido. Por el contrario, la ciencia académica fragmenta esta visión en miles de fotos estáticas de fenómenos presentados como no relacionados y a los que se pone nombres absurdos e inconexos.
En particular, en el cuerpo hay constantemente un flujo de partículas atómicas y subatómicas que vibran como un diapasón en resonancia con el mismo flujo que inunda y rige el universo, y que crea constantemente lo que llamamos vida en la tierra.
La salud es expresión de un flujo correcto. Lo que se llama enfermedad expresa  a veces un bloqueo de este flujo, y muchas más veces es una fuerte reacción del cuerpo a fin de recuperar dicho flujo, cosa que la medicina oficial (y muchas alternativas) considera negativa, por lo que la reacción es suprimida, y ello conduce a la cronicidad. La medicina oficial convierte las reparadoras enfermedades agudas en enfermedades crónicas, y éstas en enfermedades degenerativas. No es de extrañar que los conceptos de “enfermedades crónicas, degeneratinas e incurables” sólo existan en la medicina occidental moderna, y no en las Medicina Tradicionales (ayurveda, tibetana, etc.).
Las bases de este  conocimiento ya fueron reconocidas públicamente en los años treinta (Premio Nóbel de Medicina de 1931 al Dr. Otto Warburg), pero en seguida fueron abandonadas y, de manera criminal, siguen silenciadas hasta el día de hoy.

 

CURSOS

Sábado, 25 de febrero
I.- Cuestiones fundamentales de biología y de vida que se desconocen o que son silenciadas
La Medicina oficial no conoce la salud y la vida puesto que se ha constituido estudiando la enfermedad y la muerte. Y en los cadáveres ya no están detectables ni visibles funciones, conexiones, músculos, flujos, etc. que sí están en la persona viva y que tienen un importante papel en nuestra vida diaria. Veremos cuestiones tales como:
-Existe una red trabecular, tanto micro como macro, entorno a la cual se estructura la vida y se ordenan sus componentes, desde los más grandes (soles, astros,…) a los más pequeños (mitocondrias,  átomos,…).
-¿Escasez de energía? Un metro cúbico de aire contiene la energía necesaria para iluminar New York durante un año.
-El ser humano tiene unos 100 billones de células, y cada célula es un mundo complejísimo y maravilloso.
-El engaño del supuesto sistema inmunitario
—No hay unas “defensas” que nos protegen ante los “invasores”
—La principal tarea de inmunidad humoral (basada en los linfocitos T, de los que los famosos T4 son sólo un subgrupo) es el reciclaje diario de un billón de células, y lo hacen tan bien y tan silenciosamente, que la Inmunología oficial aún no se ha enterado.
—En el cuerpo viven muchos más microbios que células, y a su vez  las células son colonias de microbios. Se empieza a reconocer esto cuando se comienza a hablar de “microbioma”.
-El campo biomagnético del corazón es mucho mayor (¿unas 5.000 veces?) que el del cerebro
-En nuestro pecho se relacionan diariamente unos 13.000 litros de aire que respiramos con unos 7.000 litros de sangre que bombea nuestro corazón.
-El Sistema de Pischinger (que incluye el matrix extracelular, al que cada día se le reconoce mayor importancia, y mucho más)
-Pero, ¿qué hace circular la sangre? No se puede explicar con sólo el corazón. ¿Y la linfa?
-El hígado es el único órgano que se puede regenerar al 100%
-etc., etc., etc.

Sábado, 10 de marzo
II.- La importancia de la actitud, la postura, el movimiento y la respiración (y la alimentación) para la salud y la vida

El recorrido de la vida de una persona es un desarrollo continuo que implica una metamorfosis, una transformación de funciones. Mientras que el sujeto que asiste al pasar de la vida, el detentador de la conciencia, siempre es lo mismo, el cuerpo, su vehículo, cambia de manera importante a lo largo de la vida.
De forma análoga a como se desarrolla una planta (semilla, germen, planta adulta que a su vez produce miles y miles de semillas), así los animales pasan de gusano a capullo y a mariposa. Cada uno de estos estadios tiene un sentido propio, pero todos tienden a lo mismo: recibir energía del entorno y descargar energía al entorno
El proceso de desarrollo, tanto físico como psíquico, es un proceso de expansión al mundo: estamos enrollados en la barriga de la madre y debemos des-arrollamos, abrirnos al mundo.
Este movimiento es impulsado por un gesto, por una intención, por una actitud potencial que precede y dirige toda la manifestación física. Se puede ser coherente con este impulso vital, y el resultado será una buena salud, un bien-estar, un estar bien puesto en la postura dinámica correcta, o se puede ser incoherente con dicho proceso vital, y ello determinará un mal-estar, una mala salud.
Este enfoque permite comprender mucho mejor la conocida afirmación de la Naturopatía: “No hay enfermedades sino enfermos”, es decir, lo decisivo es el terreno, la persona, y no los gérmenes ni las mutaciones genéticas ni las “proteínas locas”. La complejidad del ser humano en su totalidad es tal, que la condición “enfermo” puede concretarse en numerosas expresiones distintas que serán llamadas “enfermedad tal” o “enfermedad cual”, y que serán coleccionando bajo distintos rótulos siempre desmoralizadores, como “crónicas”, “degenerativas”, “incurables”, “raras”,…, conceptos que sólo existen en la Medicina Occidental Moderna.
Uno de los principales “errores” de la Medicina Occidental Moderna Oficial es dedicarse a buscar, a definir e incluso a inventar enfermedades, a ponerles un nombre especial, a colocar -mediante lo que llama “diagnóstico”- una etiqueta a la persona que se encuentran mal (y cada vez más a muchas que se encuentran perfectamente bien, y ello no sólo en los montajes SIDA, hepatitis C, gripe A,…), y, sobre todo, a buscar tratamientos químicos –luego siempre tóxicos- supuestamente específicos y, eso sí, lo más caros posible. Así la medicina oficial tiene a la persona postrada en la cama o en un sillón delante del televisor, a la espera de que llegue el médico salvador portando la pastilla milagrosa que la va a curar.
Si la persona ya reflejaba en su malestar que estaba perdiendo el sentido de la vida y apartándose de su impulso vital, delegar su responsabilidad en el sistema sanitario comporta el riesgo de ser definitivamente aparcada en una estación de dolor, mutilación, degeneración y muerte.
Por el contrario, reaccionar, cambiar de actitud, abrirse a la vida y al mundo, valorar y agradecer lo que se tiene, asumir la responsabilidad, salir de la parálisis poniéndose en movimiento, empezar a sentirse y a cuidar la postura, mejorar el movimiento y la respiración (y también la alimentación), es lo cualitativamente más importante para recuperar la vialidad y, por ende, la salud.
Todo esto será abordado de manera tanto teórica como práctica.

Sábado, 24 de marzo
III.- El 80% de los cánceres son falsos diagnósticos, y el 20% restante son procesos vitales y bio-lógicos reversibles en todo momento

Sábado, 31 de marzo
IV.- Introducción al Dr. Hamer: la enfermedad como programa biológico que permite responder adecuadamente a las situaciones que vivimos

Por Antonio Tagliati, investigador independiente

COLABORACIÓN:
30 EUROS POR SESIÓN SUELTA

DESCUENTO: 33% en los cursos   para soci*s, parad*s, jubilad*s y estudiantes
NOTA: Que nadie deje de venir por razones económicas