SNB: «El mundo, tras el virus, será otro» (+Daniel Estulin)

De: Jordi
Enviado: lunes, 23 de marzo de 2020 2:45:46 CET
Asunto: SNB: «El mundo, tras el virus, será otro» (+Daniel Estulin)
  SANTIAGO NIÑO BECERRA – ECONOMISTA
«El mundo, tras el virus, será otro»
«Se ha convertido en un turbo que está acelerando el cambio», afirma el catedrático de la Universidad Ramón Llull. 
El economista barcerlonés Santiago Niño Becerra./Virginia Carrasco
El economista barcelonés Santiago Niño Becerra. / VIRGINIA CARRASCO
ÓSCAR BELTRÁN DE OTÁLORA – Madrid Jueves, 19 marzo 2020, 00:47

El economista Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, fue uno de los visionarios que vio llegar la crisis de 2010 mientras el mundo miraba para otro lado. Sus tesis siempre son rompedoras y obligan a realizar una reflexión sobre el futuro que nos espera. Ahora, con la pandemia del coronavirus, el experto vaticina un cambio de modelo acelerado por «el turbo» del coronavirus.

-¿Cómo afectará la pandemia a la economía?

-Hay un dato al que no se le da ninguna importancia. El virus aparece cuando la economía caía. Estábamos en una situación en la que el dinero casi se regalaba. Las distintas economías creían que la crisis había pasado y no era así. Todas las previsiones de la OCDE o el FMI ya nos avisaban, pese a que el Gobierno de España, por ejemplo, dijese que eran previsiones catastrofistas. Entonces llegó el virus. Se ha convertido en un turbo que está acelerando el cambio. Todo lo que va a pasar hubiera acabado pasando.

-¿Pero qué tenía que pasar?

-Ya existía un exceso de oferta y una demanda insuficiente. En un entorno con los salarios reales estancados, con las economías de las familias agotadas. En la empresas, hay algunas que estaban sanas y otras que no. Hay que tener en cuenta que existe 15 billones de deuda corporativa que es impagable. En ese contexto, el virus ha detenido la economía, cuya característica es el movimiento, de fondos, de mercancías…

-¿Y qué efectos tendrá el parón?

-No es lo mismo lo que sucederá en España, con 25.000 millones de déficit, que en países con Alemania, que tienen superávit. Lo mismo sucederá con las grandes empresas, a las que favorecen las medidas que se están tomando. Va a aguantar el más fuerte. Que SEAT, por poner un ejemplo, pierda 100 millones es algo que puede soportar. Pero la tienda de la esquina no lo va a resistir. Vamos a un nuevo modelo económico. Yo hago una pregunta. Si hay medio millón de afectados por el ERTE, ¿cuántos van a volver al trabajo? ¿Cuántos volverán a ser necesarios? ¿Las plantas que ya tenían problemas volverán a abrir?

-¿Y qué cree que sucederá?

-Hay mucha incertidumbre. No sabemos lo que va a durar la pandemia. Se habla de dos meses, de cinco o, por ejemplo, el Imperial College ha dicho que serán 18 meses. Si nos quedamos con la cifra de cinco meses, los efectos ya serán tremendos. Hay que pensar en qué cosas no hemos hecho. Por ejemplo, el fraude y la elusión fiscal en España supone entre 60.000 y 90.000 millones de euros al año. Si se hubiera recaudado, una parte de las ayudas que el Gobierno ha puesto en marcha ya estarían pagadas. La necesidad de recurrir a la deuda pública, en un momento en el que ya pagamos 32.000 millones de intereses al año, sería menor. Hay países que están tomando medidas que en mi opinión son acertadas. En Dinamarca, por ejemplo, el Estado va a pagar el 75% de los salarios, los empleados van a renunciar a cinco días de trabajo y no se puede despedir a nadie. Pero este es un país pequeño y con una buena economía.

-¿Cómo será ese modelo que usted predice?

-Las grandes corporaciones tendrán un protagonismo creciente, mientras que el Estado cada vez pintará menos. El empleo a tiempo completo se va a reducir. El volumen de producción va a ser menos importante que la productividad. La desigualdad se va a disparar. Y la tecnología va a ser cada vez mas importante. Por primera vez, una unidad del PIB se puede crear con cero unidades de trabajo gracias a los avances tecnológicos. En mi opinión, el mundo, tras el virus, será otro.

LAS FRASES:

Efectos.
«El volumen de producción va a ser menos importante que la productividad»
Tecnología.
«Vamos a renunciar a parte de nuestra intimidad, de nuestra libertad por un bien común»

-¿Cuál será el efecto de la tecnología?

-Ahora estamos escuchando que hay que traer de vuelta la producción que se había llevado a China. Es que ahora la tecnología permite traer esas plantas que, no lo olvidemos, se llevaron allí porque producir era más barato, porque en un país dictatorial, sin reclamaciones laborales.

-¿Pero el Estado no va a salir reforzado tras la crisis?

-El Estado está siendo el bombero que actúa cuando el incendio ha comenzado. Hay que tener en cuenta que la facturación de las 10 empresas más grandes del mundo es superior, por ejemplo, al PIB del Reino Unido. Por eso digo que el papel de los Estados va a ser menor.

-¿El modelo chino puede ser visto como una solución a este tipo de crisis?

-No tiene por qué. Corea del Sur ha sido igual de efectivo sin llegar al confinamiento. Estaban en disposición de realizar 15.000 test diarios y no les ha hecho falta realizar más que 10.000. Otra cuestión es las medidas de control poblacional que China ya había impuesto con el reconocimiento facial, por ejemplo. Este tipo de actuaciones se van a acabar aceptando en todos los países.

-En Corea todos los infectados estaban geolocalizados por el móvil. ¿Es un ejemplo de la implosión de tecnología que predice?

-Ese es el modelo que se va a exportar. Vamos a renunciar a parte de nuestra intimidad, de nuestra privacidad, de nuestra libertad, por un bien común. Ya lo hicimos con el terrorismo internacional.

-Se habla de una situación de guerra. ¿Tras la pandemia tendremos una economía de posguerra?

-No creo. Piense que tras una guerra tenemos una población miserizada, traumatizada por la destrucción, ciudades arrasadas… y eso no va a pasar. Hay dos teorías ahora. Una sostiene que el consumo aumentará tras la crisis y otra que se retraerá. Yo creo que no va a haber euforia. Las personas que haya salido más o menos bien de la crisis irán con pies de plomo. La oferta se reducirá pero también la demanda. Le hago un futurible. Una empresa como SEAT aplica un ERTE a 14.800 trabajadores. De ellos, por ejemplo, 10.000 regresarán tras la crisis. 2.800 lo harán a tiempo parcial… y 2.000 no regresarán. El consumo no volverá a ser el mismo. El mundo comenzará a no ser igual.

-Usted ha predicho la legalización de la marihuana.

-Desde luego. En mi opinión, el trinomio social será la renta básica, la marihuana legalizada y el ocio gratis. Con la legalización de la marihuana el Gobierno conseguirá dos efectos. Eliminar tramas delincuenciales y recaudar más dinero. Y recordemos que la marihuana es un calmante.

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Daniel Estulin: “España no puede salir viva de esta crisis”

El analista de inteligencia ruso Daniel Estulin asegura que “estamos viviendo el fin del capitalismo, una crisis sistémica planetaria”

Última actualización:22-03-2020 | 18:21 H/Creada: 22-03-2020
Si hay un escenario propicio para teorizar sobre conspiraciones ese es el coronavirus, y si existe alguien ducho en la materia ese es Daniel Estulin, autor de varios libros sobre el club Bilderberg y analista de inteligencia ruso. Estulin desconoce cuál es el origen de la pandemia, pero no descarta la versión sugerida por funcionarios chinos según la cual el Ejército de EE UU habría introducido el virus en China. Lo que sí tiene claro es que esta crisis sanitaria -“que es secundaria”- acelerará el fin de ciclo que, añade, estamos viviendo, con el desplome de los mercados y el final de la era iniciada con los acuerdos de Bretton Woods en 1944. “España no puede salir viva de esta crisis”, pronostica en esta entrevista con LA RAZÓN.

¿Cómo va a cambiar el mundo tras el coronavirus?

Lo que se nos viene encima es una crisis de una magnitud que solo la hemos visto en dos ocasiones en los últimos dos mil años. La primera fue entre los siglos IV y VI, cuando apareció el feudalismo. Y el segundo momento vino con el nacimiento del capitalismo a partir del siglo XVI. Lo que estamos viviendo ahora es el fin del capitalismo, una crisis sistémica planetaria. El capitalismo necesita una continua expansión, abrir mercados nuevos, porque sin mercados nuevos el capitalismo muere. Esto lo decían Karl Marx y Adam Smith. El coronavirus está siendo una excusa para buscar una explicación de la quiebra de los mercados planetarios, cuando esto es algo que empezó mucho antes. Lo de Italia también es fácil de explicar. 114 bancos de Italia están en quiebra. Tener coronavirus es fantástico porque pueden dejar de pagar y echar a la culpa del default al virus.

¿El mundo está preparado para afrontar una crisis de este tipo?

El modelo económico ha llegado a su fin. En 1991, los dos modelos existentes, el comunista y el capitalista, se juntaron en uno solo que duró hasta 2008, cuando comenzó el principio del fin. En 2008 aún existían formas de salvar el sistema, limpiando los elementos parasitarios, pero ahora existen burbujas creadas por los bancos, que han aumentado la deuda en un 70%, que no se pueden eliminar, o sí se pueden eliminar, pero eso sería mediante una guerra termonuclear o bacteriológica o con un coronavirus, una fuerza mayor que en la mayoría de los contratos permite no pagar la deuda. El modelo negociado en Bretton Woods en 1944 solo funciona con una expansión sin límite del capitalismo. Pero hemos llegado al final y lo que estamos viendo ahora son las consecuencias de la quiebra.

¿Habrá movimientos geopolíticos importantes? ¿Ganadores y vencedores después de esta crisis?

Estados Unidos y China llegaron a un primer acuerdo comercial, que da como ganadores a los americanos. Pero China y EE UU son la cara y la cruz de una misma moneda, son el mismo sistema económico. Al ganar Trump este acuerdo comercial, ahora estamos viendo la respuesta de China. Xi Jinping, que es emperador y no un presidente, está jugando de forma asimétrica y tomando cartas después de que EE UU haya ganado la guerra comercial y Europa haya cerrado las puertas a China con aranceles. Xi Jinping plantea otro juego. En China hay muchos coronavirus. Y la consecuencia de eso es el cierre de mercados y empresas. Ningún barco chino ha llegado a los puertos americanos desde hace un mes. Por eso hay tanta escasez, porque la mayoría de las cosas se fabrican en China.

Europa parece que se ha quedado en medio, entre EE UU y China. ¿Puede fortalecerse a raíz de esta crisis o, por el contrario, se debilitará?

Desde 1991 y hasta hace poco tiempo teníamos un mundo unipolar, dominado por el mundo liberal banquero financista, donde se produce un crecimiento a costa de los demás. Cuando la Unión Soviética murió y mientras Occidente pudo expandirse, el sistema unipolar siguió funcionando hasta 2008. Ahora estamos viendo la muerte de un sistema y el nacimiento de otro nuevo que nadie conoce. Por eso Putin, Trump y Xi Jinping están hablando de sentarse después de las elecciones de EE UU y decidir las nuevas reglas del juego para este mundo post crisis y post Bretton Woods. Desde 1991 la lucha se produce dentro del capitalismo, una lucha entre financistas, banqueros y parásitos de Wall Street contra industralistas nacionalistas. Donald Trump es la cara visible de este grupo alternativo antibanquero y antiliberal. Si gana las elecciones de noviembre, podremos decir que el liberalismo estará llegando a su fin, pero no me refiero al liberalismo pensado por Voltaire, sino al liberalismo financista parasitario que no produce nada y vive de la especulación. La Unión Europea es el ejemplo marco de este liberalismo desenfrenado planetario, y por tanto está destinada a morir. En una generación solo va a quedar poco de lo que hoy es Europa. Lo más probable es que haya un montón de países nuevos.

¿Cree que esta pandemia puede perjudicar las aspiraciones de Trump de ganar la reelección en noviembre?

Joe Biden, que tiene demencia, representa la cara de los liberal financistas. Trump ni siquiera es el representante del Partido Republicano, sino la cara visible del ala industrialista nacionalista. Pero la lucha no es entre Trump y Biden. El único país en el mundo con el lenguaje capaz de explicar lo que está pasando es Rusia porque somos los descendientes de la URSS, que era un modelo alternativo y exitoso que quebró por unas causas que ahora no voy a explicar por falta de espacio. Trump va a ganar sí o sí, y va a seguir la lucha contra el liberalismo, representado por las agencias de inteligencia, la burocracia de Washington, los medios de comunicación, Silicon Valley, Hollywood, etc.

Funcionarios chinos insinuaron que el Ejército de EE UU había introducido el virus en China. ¿Qué le parece la teoría?

No soy virólogo y no voy a lanzar teorías de la conspiración. No sé cuál es el origen de la pandemia. Pero tampoco dudaría de esa teoría, sobre todo teniendo en cuenta que Estados Unidos es un país que ha sido capaz de lanzar una bomba atómica y de meterse en infinidad de guerras. La lucha ahora es por definir el modelo post crisis. Lo del coronavirus es secundario. Existe una histeria planetaria con este virus, pero esto es solo la antesala del primer acto, que empezará en septiembre o en marzo del año que viene como muy tarde. Entonces la gente sí saldrá a la calle, porque un día se dará cuenta que los bancos estarán cerrados. Es lo que sucedió en la Unión Soviética en 1991, cuando el 40% de la población perdió hasta el último céntimo de lo que tenía en el banco. Esto va a suceder a escala planetaria. Lo que viene es una crisis sistémica dos o tres veces peor que la de 1929.

La clase media ya había empezado a menguar en muchos países desde 2008. ¿Cree que ahora este proceso se va a acelerar?

Sí, nos encontramos ante el fin de la clase media, que surgió con fuerza en España en los años sesenta y setenta y se fortaleció en EE UU durante la era de Reagan. Ahora, como estamos llegando al fin del modelo, la clase media va a morir. La gente saldrá a la calle y les van a acribillar a balazos. Todas las medidas de tipo marcial y de toque de queda que se están ensayando ahora son métodos para poner a punto el plan de seguridad férreo que vendrá dentro de seis meses o un año como mucho. Las fuerzas de seguridad nacionales están haciendo un ensayo general de lo que va a venir. Todo lo que está pasando ahora lo llevo explicando desde hace 15 años.

Los Gobiernos de muchos países han anunciado planes ambiciosos de rescate. ¿Ayudará a mitigar la crisis?

Cuando las empresas abran dentro de uno, dos o tres meses van a estar quebradas y el resto no van a poder pagar los salarios. Y si no pagan, los trabajadores no pueden comprar. Habrá un efecto dominó. España no tiene industria pesada y su agricultura, como sois parte de la Unión Europa, ha volado a otros países. Tampoco tenéis una política monetaria propia porque todo se decide en Europa. No sois un país, al igual que otros países europeos. España no puede salir viva de esta crisis. Las ayudas están bien pero no servirán para nada porque la crisis no es de un sector, es sistémica. En Alemania, Deutsche Bank está en quiebra desde hace años. Y Commerzebank también. Estos dos bancos han perdido el 90% de su valor en la Bolsa. Boeing está a punto de quebrar, General Electric lo mismo. Te puedo dar una lista enorme de empresas en esa situación. Pero no es una cuestión de un número de empresas, sino de un modelo. Ninguno de los doce premios Nobel de Economía desde 2008 ha explicado la crisis sistémica que se nos viene encima.

¿Qué piensa cuando le tachan de alarmista y aficionado a las teorías de la conspiración?

Hace años, cuando empecé a publicar libros como los del club Bilderberg, la gente decía que era un teórico de la conspiración. No es así. Yo soy doctor de Inteligencia Conceptual y soy coronel de contrainteligencia militar rusa, con 24 años de servicio. Trabajo con presidentes, primeros ministros y bancos centrales de varios países, hoy más que nunca. Con la que está cayendo ahora y lo que he explicado en mis libros, se le ha borrado la sonrisa a más de uno. La quiebra está a tu alrededor y todo el mundo se ha dado cuenta. Mis previsiones a nivel económico, político y social están ahí.

Salut i República Catalana!
Jordi

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ESPAI LLIURE DEL MUNTATGE «SIDA»

«El present és d’ells; el futur és meu»

Nikola Tesla (1856–1943)