¿QUÉ ES EN REALIDAD EL SIDA?[1]
Respecto a “eso” llamado SIDA, considero que la pregunta decisiva a responder es “¿Qué es en realidad el SIDA?”. Lo que sigue es lo esencial de mi contestación.
Confío en que cualquier persona que estudie con paciencia, rigor e independencia el conjunto de la versión oficial del SIDA, también llegará -entre muchas otras conclusiones importantes- a las mismas dos decisivas a las que llegué yo, apoyándome sobre todo en los artículos publicados por la biofísica Eleni Papadopulos y su The Perth Group (www.theperthgroup.com):
1) En 1983, el artículo publicado por el Dr. Luc Montagnier en la revista Science de 20 de mayo, no demuestra que hubiese aislado un virus sino que tan sólo encontró unos indicadores indirectos que interpretó y que presentó como “aislamiento del primer virus en un paciente de SIDA”. Por este artículo le dieron el Premio Nobel de Medicina el 2008 por, supuestamente, “haber aislado el virus VIH, causa del SIDA”. Pero en realidad el Dr. Montagnier no aisló sino que inventó, e inventó no un virus sino la ficción “VIH”. Queda por demostrar si sólo se trató de “errores” o de algo peor…
2) En 1984, el Dr. Robert Gallo hizo fraude científico en su artículo central que, acompañado de tres complementarios, fue publicado el 4 de mayo por la misma revista Science a fin de inventar intencionadamente -aquí no hubo “error”- la ficción “VIH = SIDA”. Cuando se pide -y le invito, lector, a hacerlo- a cualquier autoridad científica, médica, farmacéutica, universitaria, hospitalaria, política, administrativa, etc., “fotocopia de los artículos científicos de referencia originales donde se demuestra que el VIH existe y que es la causa del SIDA”, se recibe o bien silencio (pues dichas autoridades consideran que no vale la pena perder el tiempo con alguien suficientemente informado como para solicitar “artículos científicos de referencia originales”) o bien precisamente estos cuatro artículos del equipo del Dr. Gallo aparecidos en dicho ejemplar de la revista Science. Pero resulta que: A) estos cuatro artículos ni siquiera pretenden demostrar lo que se les atribuye; B) estos artículos se leyeron llevando puestas las gafas “demuestran que se ha aislado un virus y que dicho virus es la causa del SIDA”, que habían sido colocadas por Margaret Hackler, Ministra de Sanidad de los USA, once días antes, el 23 de abril, cuando en una rueda de prensa internacional (por cierto, celebrada sin que previamente hubiese sido publicado artículo científico alguno que lo avalase), lanzó al mundo la importante noticia: “el prestigioso Dr. Gallo ha encontrado el virus causa del SIDA”; y C) en su libro Fear of the Invisible (en proceso de traducción), la veterana periodista Janine Roberts hizo públicos el 30 de junio de 2008 tres documentos (Popovic, Gonda y Minowada) que demuestran -¿irrefutablemente? ¡ojalá que el Dr. Gallo y sus seguidores creyentes del VIH/SIDA quisieran refutarlos!- que el Dr. Gallo engañó conscientemente tanto a la dirección de Science como a la Ministra.
Sin embargo, resulta que la ficción-basada-en-un-fraude “VIH = SIDA” fue aceptada y promocionada con todas sus fuerzas en 1984 por los CDC (Centers for Disease Control, es decir, los Centros de Control de Enfermedades, con base en Atlanta, Georgia, USA, cuyos directivos son oficiales del ejército estadounidense), y a su remolque, por todas las autoridades estadounidenses y, finalmente, de todo el mundo. Y este apoyo tuvo lugar en contra de todas las reglas científicas (resulta que la heterodoxia es una de las características de la pseudociencia oficial del SIDA): muy poca correlación (36% en lugar del obligatorio 100%) entre el supuesto virus y la supuesta enfermedad (luego “el virus supuestamente hallado no es necesario para la enfermedad”), y ninguna causación (ni se pretende demostrar que “el virus es suficiente para causar la enfermedad”), además de ningún aislamiento (ni, menos aún, caracterización, es decir, determinación exacta de cuáles son las proteínas y la información genética víricas).
¿Por qué estas facilidades anticientíficas otorgadas a los “cazadores del virus causante del SIDA”, con la catástrofe de miedo y envenenamiento causada?
La mejor respuesta que he encontrado –pero estoy abierto a otras superiores- es porque previamente el SIDA había sido inventado en 1981 en tanto que “una enfermedad contagiosa inevitablemente mortal caracterizada por una inmunodeficiencia”. Y una vez inventado el “SIDA enfermedad mortal”, entonces era imprescindible y obligatorio efectuar otros inventos que fueran dando “apariencia científica y tecnológica” y “coherencia socio-política” al “monstruo SIDA” que se estaba empezando a construir. En particular, era imprescindible poder presentar al mundo un supuesto “virus responsable de la (supuesta) nueva enfermedad inevitablemente mortal”, ya que en verano de 1982 el Comité Ejecutivo de los CDC decidió, sin base científica alguna, que “el SIDA es vírico”
Así, pues, fue la primera invención en 1981 del SIDA como una falsa-enfermedad-mortal lo que REQUERÍA NECESARIAMENTE (resumiendo):
… la segunda invención (en 1982) de una falsa “epidemia de SIDA” para fortalecer a la falsa enfermedad-SIDA, instaurando así el primer dogma de terror de alcance mundial,…
… y la tercera invención (en 1983-84) del ficticio “VIH” como una falsa causa pseudocientífica…
… y la cuarta invención (en 1985-87) de los supuestos “tests-del-VIH” como un falso diagnóstico pseudotecnológico…
… y la quinta invención (se aplica a partir de 1987) de la venenosa quimioterapia permanente disfrazada de “fármacos anti-VIH” como un falso tratamiento pseudomédico (complementado con los muy peligrosos fármacos supuestamente “preventivos”)…
… y la sexta invención (además de la previa invención en 1981 del tramposo “recuento de T4 = defensas”) del sofisticado artefacto tecnológico llamado “carga viral” (en 1995), utilizado para que la víctimas acepten como beneficiosos unos “cócteles” de supuestos antivirales que en realidad les están matando aparentemente sanos (con “carga viral indetectable” y “sin enfermedades oportunistas”)…
… junto a la previa invención de la fantasiosa “constante capacidad de mutación del VIH” como una falsa explicación que les sirve de comodín para “justificar” lo que convenga…
… y junto a tantas nuevas y futuras invenciones como sean necesarias en tanto que falsos argumentos a fin de disimular la primera y decisiva invención: el “SIDA enfermedad”.
Por esto considero que es clave preguntarse y preguntar: “¿Qué es en realidad el SIDA?”. Y la respuesta salta a la vista cuando se ve cómo fueron dando estos pasos -y muchos más- para ir año tras año construyendo “eso” llamado SIDA hasta lograr implantar a escala mundial el funcionamiento de un engranaje, un invento, un diseño, un constructo, un montaje, una maquinaria,… Esto significa que el SIDA no es algo a tratar sino algo a desmantelar.
Luego ciertamente el SIDA es una realidad, pero el SIDA es una realidad totalmente distinta de lo que afirma la versión oficial “VIH/SIDA”, que es totalmente ficticia y fraudulenta.
Pero el SIDA también es una realidad diferente de lo que proponen los disidentes, que tienen toda la razón del mundo cuando rechazan tanto la causalidad por el supuesto “VIH” como los tratamientos oficiales con cócteles, pero se quedan atrapados en el primer engaño al aceptar –por ahora- que “el SIDA es una enfermedad”. Buscar y proponer “causas alternativas de la enfermedad SIDA” y también “tratamientos alternativos de la enfermedad SIDA” refuerza el primer engaño lanzado por los CDC en 1981.
Claro que es muy importante encontrar las causas reales que hacen dar positivo a los llamados “tests-del-SIDA”, así como es decisivo encontrar tratamientos alternativos no-agresivos para la treintena de enfermedades –todas anteriores a 1981- incluidas sucesiva y tramposamente por los oficialistas bajo la etiqueta “SIDA”. A ambas cuestiones responden muy bien los disidentes. En efecto, lo que proponen como “causa alternativa del SIDA” (estrés oxidante, estrés crónico, disbiosis intestinal, consumo de drogas, inhalación de poppers,…) es la verdadera causa de “dar positivo a los tests del SIDA”, que es la condición imprescindible impuesta por los oficialistas para que a alguien luego le puedan poner la etiqueta “caso de SIDA”. Y lo que proponen como “tratamientos alternativos del SIDA”, son tratamientos en general adecuados para la treintena de enfermedades metidas intencionadamente por los oficialistas como “definitorias de SIDA”.
Luego el SIDA no es una enfermedad para la que proponer ni una causa alternativa, ni un tratamiento alternativo, por natural, biológico, no-agresivo, regenerador, etc., que sea. El SIDA sólo puede ser un montaje made in USA.
En este enfoque, que considero es el riguroso: A) “la causa del SIDA” son los CDC, que fueron quienes lo construyeron paso a paso y que son quienes lo monitorizan, y los responsables del SIDA son las fracciones de poder USA que dirigen a los CDC, y B) para el “tratamiento del SIDA” adecuado hay que distinguir dos niveles: B-1) a escala personal, puede tomar un cierto tiempo -aunque en algunos casos es cuestión de horas… o menos- comprender bien que “el SIDA es un engranaje que me atrapó cuando tuve la desgracia de dar positivo a unos tests-chapuza”, pero una vez esto es asimilado, la solución es instantánea, gratuita, infalible y muy sencilla: consiste en apartarse del engranaje dando un paso al lado y liberarse definitivamente de él; y B-2) a escala colectiva la solución es desmontarlo, pues mientras funcione, el engranaje SIDA seguirá atrapando cada día nuevas víctimas al aplicar miles de tests-atrapa-víctimas (por la “campana de Gauss”, siempre habrá un pequeño porcentaje de “positivos”) y continuará produciendo sufrimiento y muerte en los ya atrapados.
El montaje del SIDA fue o bien una propuesta surgida de los propios CDC y que recibió luz verde de (partes de) los más altos poderes del gobierno y de la administración de los USA, o fue una decisión de estos poderes que los CDC fueron los encargados de ejecutar. Ambas posibilidades explicarían la profunda implicación política de los USA en el SIDA en sus niveles más elevados, tanto nacional como internacionalmente, y también el muy-mucho-muchísimo dinero invertido a fin de, aparentemente, “combatir contra el SIDA”.
Considero que el veterano exmarine, expolicía y exdetective privado Clark Baker (USA) tiene razón cuando ha trasladado el-problema-y-la-solución del SIDA desde el campo científico-médico (donde siguen manteniéndolo los disidentes) directamente al campo delictivo-criminal.
La(s) razón(es) para construir el SIDA en 1981 en los USA tiene(n) que haber sido muy importante(s). ¿Hipótesis?
Pero lo decisivo es que el enfoque “SIDA-montaje” permite actuar para destruirlo. El primer paso es entenderlo bien, y luego prepararse y entrenarse para actuar hasta lograr desmantelarlo.
Lluís Botinas lluis.botinas@plural-21.org
Barcelona, 20 de diciembre de 2011
PLURAL-21, Asociación para el cuidado de la vida en un planeta vivo https://plural-21.org
[1] Este artículo aparecerá en la revista Universo Holístico nº 45, de enero de 2011. Y se podrá bajar de www.guiacieloytierra.com y de www.plural-21.org